jueves, 30 de enero de 2014

Un trabajo que llena el alma

El placer de escribir sobre moda

Por: Emy Miranda

Foto: En Belgrano con outfit negro y blanco
E
n un intento por demostrar mi gran interés en el periodismo y volver a tomar las riendas en el mundo de las redacciones y los periódicos, la semana pasada vestí un outfit bastante formal, en la gama ideal del color negro y blanco (si bien no es mi combinación predilecta admito que es muy elegante), con el objetivo de buscar empleo en alguna, de las tantas, renombradas editoriales de Capital Federal. 

Se trato de un momento bastante eufórico, al menos en un principio, ya que al entrar a la recepción de cada majestuosa editorial, sentía una gran emoción y alegría, tal vez producto de una ilusoria proyección laboral.  La misma fantástica ilusión que obtenemos al ver ese tan anhelado par de zapatos o esa bellísima prenda de ropa, que nos encanta y nos vuelve locos, en la vidriera de un local.

Sin embargo, el panorama se volvió algo agotador debido a que, luego de caminar tres horas seguidas por todo el microcentro porteño, mis compañeras y sutiles botitas negras, de gamuza y taco de madera, adquiridas en Oggi, dejaron de ser un objeto de elegancia  y se transformaron en un elemento de sufrimiento.

Foto: Luego de comprar en Desigual.
Como si un alfiler invisible pinchara mis perturbados “sueños de opio”, donde me veía a mismo, sentado en un inerte escritorio de madera, mientras la monstruosa figura de un editor me gritaba, me detuve en pleno Puerto Madero, mientras la brisa retocaba mi peinado.

En ese momento, mi mente inició un proceso de reversa y contradicción ¿Qué estaba buscando en realidad al alejarme de una de mis pasiones, como la Moda, e intentar pertenecer a un grupo que, seguramente, no representaba mis ideales de periodista? Y si llegara a entrar ¿Podría escribir y expresarme con la plena y total libertad que gozo al escribir esta columna fashionista?

Al finalizar la tarde, respiré profundo, y decidí que la mejor manera de culminar un día extenso, caluroso y agotador era encontrarme con esa persona especial que tanto quiero y que es capaz de devolverme el aliento con tan sólo una sonrisa: "el chico de ojos café".


Y mientras tomábamos un delicioso y romántico frappuccino, descubrí que mi verdadero trabajo (tal vez no remunerado de forma económica pero sí afectivamente), es decir, ese hermoso hobbie que tanto amo, es escribir una columna de moda en un espacio digital, donde puedo ser yo mismo y utilizar las palabras, la ropa y los colores que yo quiero y me representan. 

Según mi parecer, no existe mejor labor que aquella que nos llena de pasión y nos completa el alma.

4 comentarios:

  1. emiii <3 sos un idolo! me encanta la dedicacion que le pones a tu hobbie <3 y que por supuesto, te sale espectacular <3 todas tus columnas son maravillosas! nunca dejes de soñar, un chico con talento como vos puede hacer cualquier cosa <3 animos!

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    1. Hola Hikaru!! Muchas gracias por los halagos y la buena onda! :) Me alegra que te hayas sumado a mi blogg y que disfrutes leer mis columnas de moda =) Espero tu comentario en las siguientes! Un saludo!!

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  2. Hola Emy,genial columna,me encanta como te expresas,seguí así...saliste re lindo en las fotos y OBVIAMENTE vestido excelente ♥(como siempre :3)...bueno en fin,buena columna,espero la próxima...Besitos♥♥♥

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    1. Hola Sofí!! Gracias por el comentario tan buena onda! =) Ya subí la nueva columna, ojalá te guste! =) Besos!!

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