viernes, 28 de marzo de 2014

Un paseo por Falabella

El paraíso de las etiquetas

Por: Emy Miranda

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on pocos los hechos que pueden ocasionar una enorme sonrisa en mi cara y un pleno estado de felicidad antes de las diez de la mañana. Uno de ellos consiste en las sorprendentes y flamantes promociones de Ricky Sarkany. La otra en una ocurrente y cálida salida para conocer a la nueva pareja de una vieja amiga.

Foto: Saliendo de Falabella.
Y como no podía ser de otra manera, el lugar de encuentro que propuse para almorzar fue el shopping Unicenter. ¿Acaso existe un lugar mejor para una salida afectiva?

Al llegar, con mis zapatos de 1600 pesos y de la mano de mi elegante novio, me encontré con mi amiga Daiana, ex novia de un conocido y a la que no veía hace largos meses.

Resulto ser un encuentro muy ameno. Así fue, que luego de terminar nuestro almuerzo de Subway, recorrimos todas las vidrieras del shopping con el objetivo de encontrar el abrigo indicado para esta fría temporada. Probablemente, el primero de muchos.

Exhausto de caminar sin que me agrade ningún tapado o campera, decidí detenerme para tomar una deliciosa merienda. Estaba a punto de bajar los brazos, cuando de repente, Dai expresa la palabra mágica que culminaría mi exhausta búsqueda: Falabella. Y una pregunta pasó por mi cabeza: “¿Cómo no se me ocurrió antes?”. Olvidé por completo ese enorme y resplandeciente rincón de Unicenter.

Al llegar, unas relucientes puertas me recibieron. Quedé deslumbrado al ver la masiva reunión de etiquetas que se realiza dentro de esas refinadas instalaciones (tales como 47 Street, Kosiuko, Sharden, Lady Stork, entre otras) a la que me sume, sin dudarlo, para a formar parte ella.

Sin duda, era un iluminado espacio, lleno de indumentaria, compuesto por diferentes prendas y accesorios de hermosos diseños, y a su vez, rodeados por grandes espejos que simulan ser probadores ambulantes. Y en medio de ese “Nirvana fashionista” encontré lo que buscaba: una bellísima campera, de Sharden, que me enamoró con tan sólo una sigilosa mirada.

Sin embargo, ese día, en medio de un mar de compradictas y enfrente de una simpática cajera, mi primera tarjeta de crédito tiró la toalla y expresó: “Llegué a mi límite”. Una frase que me hizo reflexionar en esos largos micro-segundos… ¿Cuántas veces, nosotros, cansados del trajín de una agobiante situación laboral o agobiados por los estudios y la rutina, estuvimos a punto de pronunciar dichas palabras?

A veces, a pesar de que somos seres humanos, podemos llegar a desgastarnos del mismo modo que lo hacen las tarjetas de crédito. Y en esas horribles situaciones recurro a una medicina que nunca falla: novio y amigas. ¡Un cóctel de risas y amor que lo cura todo!

En ese momento, volví a mi realidad y comprendí que, tal vez, el destino enviaba una señal para que le dé un poco más de protagonismo a las dos flamantes “amigas” de mi abatido plástico de banda magnética, que aún no tenían uso.

De esa forma, luego de pasar un momento muy desesperante y caótico, salí victorioso con una gran bolsa verde.  


Finalicé el día de la mejor manera, rodeado de amigos, mi chico especial y un hermoso abrigo de piel sintética, que se convertirá en una prenda fundamental e indispensable en mis outfit invernales.

sábado, 22 de marzo de 2014

La importancia del momento real

¿Y si nos quedara poco tiempo?

Por: Emy Miranda

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ivimos en un mundo muy acelerado, de eso no hay duda. Nos despertamos pensando en las tareas o trámites que vamos a realizar al día siguiente, desayunamos mientras revisamos nuestra agenda laboral y hablamos por celular con nuestras amistades, y nos duchamos al mismo tiempo que buscamos la solución a todos nuestros problemas. No obstante, es imposible dejar de preguntarnos: realmente, en algún momento de nuestro día matutino, ¿Vivimos el presente?

Foto: Frente al local Sarkany-Unicenter.
En un intento por frenar el motor del robusto tren, al cual llamo vida, decidí tomarme un día libre y pensar en la forma ideal para disfrutarlo al máximo. Quizá, la llegada del otoño produzco en mí el “efecto nostalgia”. Es decir, el momento donde te das cuenta que la nueva temporada de indumentaria invernal está en las vidrieras de todos los locales, indicando que el año avanza de forma dinámica.

Por dicho motivo, decidí dejar mi café y mis revistas Vogue en la cocina de mi hogar, y me encontrarme con mi amiga Rocío para desayunar y hablar sobre todo lo ocurrido en nuestra ardua semana. Sin celulares de por medio, sin relojes que nos apuren, sin pensar en nada más que en nuestra vieja amistad.  ¡Resultó ser uno de los momentos más cálidos de la semana!

Luego de escuchar el último chisme y finalizar la última medialuna del menú, dejé a mi amiga para sorprender al hombre que amo: mi "chico de ojos café". Aquel joven que me sostiene cuando estoy a punto de caer y que me rescata de mis desastres financieros. Así fue que lo busqué a la salida de su trabajo con el objetivo de pasar una agradable cita romántica.

Se trató de una ocasión muy especial, donde estrené mis nuevos Ricky Sarkany, y donde me enteré, luego de un riquísimo almuerzo y de recorrer las instalaciones del shopping Unicenter, que mi tienda favorita de zapatos también estrenaba algo: una imperdible promoción del 20% de descuento y a la que yo, escritor amante de la moda, no podía escapar.

Decidí actuar como si en verdad, nos quedara poco tiempo de vida en la Tierra. Tomé la mano de mi fiel compañero y lo llevé al afamado y refaccionado local de zapatos, donde me encontré con el paraíso de los calzados. Y los había en varios diseños y motivos: botas con tachas, con pieles, animal print, camufladas, de cuero, de gamuza. ¡No sabía por cual decidirme!


Finalmente, me decidí por unas delicadas botas de gamuza marrón, de cierre al costado y hebillas doradas con el nombre del diseñador grabado. Salí de la tienda, muy satisfecho y feliz, con un trofeo colgando en mis brazos y con la seguridad de que mi día tendría un final feliz. 

sábado, 15 de marzo de 2014

Compras inteligentes (Parte 2)

Un momento lógico

Por: Emy Miranda

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ener una extensa cuenta de crédito a pagar y poco dinero en tu caja de ahorros puede ocasionar que, hasta la mente más cerrada y terca, se habrá y piense de manera muy creativa. Quizá, los grandes pensadores del siglo IXX, como Freud o Marx, también fueron amenazados por un caótico contexto similar al mío y lo enfrentaron con el arma más poderosa  del ser humano: la lógica.  Y el mejor momento para empezar a usarla, si deseaba continuar adquiriendo bolsos de Tropea y zapatos de Ricky Sarkany, era éste y de forma inmediata.

Foto: De compras en Cabildo.
Por dicho motivo, en pleno almuerzo y dentro de un Mc Donals, decidí utilizar mis neuronas y escribir esta columna. Principalmente, dedicada a generar un severo plan de ahorro y con el objetivo de agregar tres nuevos tips a la lista mencionada hace algunas semanas (véase “Compras Inteligentes).
Tal vez, parezca un poco tonto pensar que es necesario tomar estos “cuidados” al momento de comprar pero, a fin del mes, notarás la diferencia:

Tip uno: Concurrir a los diferentes  outlet de la ciudad. En ellos la indumentaria, accesorios y calzados siempre están baratos… muy baratos. Es por eso que, la semana pasada, visité a mis amigos de Nazaria, precisamente al outlet ubicado en Bco. Encalada al 2426, Belgrano. Un hermoso y acogedor lugar al que recomiendo visitar. Allí, un sinfín de sandalias se lucían en la vidriera. Por desgracia, ningún zapato cerrado y otoñal se observaba a la vista (mis preferidos)… ¡Una gran desilusión!

Tip dos: Ante una situación de crisis, es necesario ser amable con la encargada de la tienda. Resulta sorprendente lo que una sonrisa puede lograr en cualquier momento y lugar. Así fue que, la cálida supervisora de Nazaria, tomó mi número telefónico y prometió informarme sobre la llegada de los nuevos calzados y borcegos de invierno. ¡Un gesto de atención que nunca voy a olvidar!

Tip tres: Aprovechar al máximo las redes sociales para informarnos, con gran anterioridad, los descuentos y beneficios del mes. En la actualidad, la mayoría de las marcas de indumentaria tienen sus propias “fan-pages”, donde dan a conocer todos sus beneficios. Por ejemplo, el lunes pasado, me sumé a la página de Sarkany como seguidor, y ahora me entero de todas las novedades y rebajas.


Con esta serie de pasos a seguir vas a asegurarte, una vez más, una compra inteligente sin derrochar un peso de más… dinero que podés utilizar en una cita romántica con tu chico especial, compuesta por una película en la pantalla grande y una deliciosa cena. 

jueves, 6 de marzo de 2014

Mi experiencia Sarkany

Mi experiencia Sarkany

Por: Emy Miranda

A
lguien, perdido en la gran ciudad, dijo: “Para todo hay una primera vez y ésta siempre se recuerda en lo más profundo de nuestra memoria”. Afortunadamente, y como no podía ser de otra forma, mi flamante experiencia con uno de los más importantes diseñadores argentinos de zapatos, Ricky Sarcany, me tomó por sorpresa la semana pasada mientras almorzaba con mi “chico de ojos café” en el patio de comidas rápidas, ubicado en el tercer piso del shopping Unicenter.

Foto: Junto a mi par Sarkany.
En medio de una muchedumbre de gente que, luego de realizar masivas compras en los distintos locales de indumentaria, se encontraba ansiosa por alimentarse, encontré una mesa disponible que luego se la cedimos a una pareja amiga que tampoco hallaba un espacio utilizable para almorzar.

Allí, en medio de un cálido almuerzo, donde son típicos los comentarios del clima y el trabajo, observé una mujer de unos 30 años, con una fina bolsa de cartón, cuyo logo llamó de inmediato mi atención: “Sarkany”. Terminé de tragar mi bocado, con gran dificultad gracias a la sorpresa que me causó ver esa compra de hermosos zapatos a fin de mes, cuando una adolescente se paseo frente a mí con dos bolsas de la misma etiqueta. ¿Era una simple, pero curiosa, casualidad? ¿O existía un hecho que unía a las dos?

No obstante, cuando un joven de chupines ajustados y camisa entallada (obviamente gay) caminó delante de mis ojos con tres cajas del mismo afamado local, mis dudas llegaron a su fin. Sarkany estaba enviándome una señal para que fuera a su encuentro. ¡No podía ignorar esa fashionista señal del destino!

No llegué a terminar mi dulce vaso coca-ligth porque corrí (una actividad poco recomendable cuando tenés plataformas en tus pies) tan veloz como me fue posible.

Cinco minutos después, me encontré en las elegantes puertas de Ricky Sarkany, atestadas por tanta gente que deseaba obtener la mayor cantidad de zapatos y asegurarse la exclusividad, en un magnifico evento llamado “La Barata”. Consistía en una majestuosa liquidación de toda la indumentaria de la temporada.

Lo cierto, es que nunca vi tanta gente en un diámetro tan pequeño, exaltada, contenta y desesperada por conseguir sus nuevos “pies”. ¡Era una locura! Sin embargo, reconozco que, en menos de cinco minutos, también me contagié por la euforia del momento. Caminé, luché y empujé para abrirme paso entre el tumulto de personas. Luego de algunos tropezones y bastantes pisadas, llegué a la mesa del talle 40.

Ahí me esperaban: unas finas botas de charol, color blanco y negro, con un delicado taco. ¡Me enamoré en el primer instante! Aunque, claro está, que dudé y pensé varios minutos antes de comprarlas con mi tarjeta de crédito, al ver ese desfile de accesorios e indumentaria que estaba seduciéndome a cada instante.


Al finalizar la extensa jornada, salí de la tienda sintiéndome muy afortunado por obtener mis botitas Sarkany. Quizá una experiencia bastante agotadora, ya que había un clima bastante competitivo entre los clientes, pero al mismo tiempo gratificante debido a que obtuve una nueva “joya” para estrenar en mi próxima cita amorosa.