miércoles, 27 de agosto de 2014

Un estudiante sin igual

Un estudiante sin igual

Por: Emy Miranda

E
Foto: Luciendo borcegos Nazaria.
studiar una licenciatura en Ciencias de la Comunicación Social, en una facultad tan prestigiosa como lo es la Universidad de Buenos Aires, a veces, te deja poco tiempo para esos quehaceres estéticos y matutinos tan necesarios como un relajante muscular, la noche previa a un desfile de moda.  Realizarse una limpieza de cutis, depilarnos la ceja, plancharnos el cabello y tenerlo de forma impecable, son algunas de estas labores a las que considero fundamental en mi vida.

¿Y por qué me tomo esa fashionista tarea? Porque no sólo es importante ocuparse de las labores propias de un universitario ordinario, tales como completar las actividades, finalizar trabajos prácticos y cumplir las extensas lecturas obligatorias para los temidos parciales, sino también ser consciente de lo que representa ser “un modelo de vida”. Es decir, no descuidar en ningún momento nuestra imagen corporal y anímica pese a las adversidades  de nuestra rutina.

Demás está expresar que no soy el típico aspirante a periodista que viste traje, camisa, pantalones holgados y zapatos aburridos que expresan la intensión de ser “una persona fondo”. Por el contrario, y al mejor estilo “Emy Miranda”, siempre llevo la Moda conmigo. No importa a donde vaya, en cada lugar, está conmigo. Y por dicho motivo, los pasillos de la facultad son los principales testigos de mi hermosa indumentaria.

Foto: Festejando el inicio de clases.
Ahora bien, luego de un inevitable receso invernal, la semana pasada, en medio de una cita con mi “chico de ojos café”, visité la tienda de Nazaria, ubicada a metros de mi esquina favorita, Cabildo y juramento, para iniciar mis clases de forma renovada. Allí me encontré con mi “bien necesario”: ¡borcegos de altas plataformas! Parecía que todos esos bellísimos zapatos competían para que yo los llevara a casa.
No obstante, pensando en el bienestar de mis tarjetas de crédito, que se encontraban bastante saturadas, sólo compre un espléndido par de color bordó y plataforma negra,  con el logo de la etiqueta grabado en ella. ¡El souvenir perfecto que me recordará la campaña otoño-invierno 2014 de Nazaria por el resto de mi vida!


Lo cierto, es que con mi flamante adquisición combiné el outfit perfecto para comenzar el nuevo cuatrimestre universitario de la mejor manera posible y  continuar la carrera hacia un futuro lleno de amor, moda y nuevas aspiraciones profesionales.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Monster High

Animación que impone estilo

Por: Emy Miranda

S
er maestro de apoyo escolar para niños de primaria, al igual que cocinar, no es una de mis labores preferidas. No obstante, la semana pasada, no pude negarme a tal situación. Mientras visitaba el hogar de mi “chico de ojos café”, noté un pequeño cuaderno escolar, de color rosa, con una fotocopia que contenía largos ejercicios de lengua y literatura, de tercer grado.

Foto: Inspirado para escribir.
Evidentemente, ese anotador infantil con hojas lisas y escritos a lápiz no pertenecía a mi novio universitario… ¿O a caso había iniciado su plan de adopción sin mí y ya criaba a una niña a mis espaldas?
Sin embargo, tan pronto terminé de leer las actividades del cuaderno, mi pequeña cuñada, de tan sólo ocho años, se paró frente a mí y me pidió ayuda para finalizar esas típicas actividades escolares, de receso invernal, que un niño desea finalizar un día antes al inicio de clases.

Sin más preámbulos pusimos manos a la obra. Relaje mi cuerpo y estiré mis piernas para apoyar mis zapatos de plataformas en una silla. De a poco y sin darme cuenta, me encontraba dictando una clase de escritura y redacción. Quizá, en el fondo, tengo un profesor fashionista interno. De todas formas: ¿No es el deber de un escritor ayudar a otro cuando se lo necesita?

Y mientras yo le transmitía mis conocimientos de lengua y de redacción, mi pequeña alumna me daba cátedra de moda de la mano de las “Monster High”. ¡Un descubrimiento maravilloso que no pude ignorar y del que me enamoré perdidamente! Se trata de una serie de películas animadas, protagonizadas por las nuevas Barbies modernas que imponen su estilo en una secundaria para criaturas sobrenaturales con alto sentido fashionista.
Foto: Las glamorosas Monster High.

Muy lejos quedó el estereotipo de la mujer rubia y cutis perfecto. En “Monster High” las bellas heroínas, si bien poseen una silueta esbelta y agradable, poseen características propias de monstruos. Así podemos encontrar a “Draculaura”, vampira simpática de pelo negro y fucsia… ¡Mi favorita! Como también a la sexy mujer lobo, Clawdeen Wolf, y a la simpática Frankie.

Ahora bien, y quizá lo más importante, es que todas ellas tienen un amor en común por la moda. Es inevitable no sentir admiración al ver esas enormes cantidades de indumentaria y hermosos accesorios que van cambiando por cada escena. Vestidos, zapatos, carteras, sombreros, collares, pendientes, y todo aquello que deseamos ver en la pantalla de un televisor y que se encuentra relacionado con tendencia y estilo, está en esta fabulosa serie.


Luego de dos horas y media de mucho trabajo, la clase finalizó. Y para festejar la tarea cumplida, mi dulce amiguita y yo nos entretuvimos con tres películas y un desfile de moda animado.

lunes, 4 de agosto de 2014

Una visita a Prüne

Una visita a Prüne

Por: Emy Miranda

V
ivir en capital federal, ciudad latinoamericana de la Moda según mi criterio, te inspira a dar un gran esfuerzo para reinventar tu estilo y estar a la moda de forma continua. Al igual que muchos gays portenos, yo trato de seguir las premisas fundamentales de un estilo ecléctico y andrógino, con los pros y contras que esto conlleva.

Foto: Luciendo zapatos de Nazaria.
Resulta que vestir bien y ser fiel a los gustos personales no es una tarea fácil. Se requiere de mucho coraje y una fuerte convicción. Antes de ir al armario para elegir el outfit correcto de cada día, es necesario responder: ¿Sabemos quiénes somos?, ¿Tenemos la seguridad necesaria en mostros mismos para lucir una prenda de forma correcta?  

En una ciudad donde la mayoría de las personas se preocupa más en resaltar los supuestos “defectos” de las personas y donde, en reiteradas ocasiones y con el objetivo de pertenecer a determinado grupo social, se finge una personalidad y estilo para crear empatía con un individuo determinado, resulta indispensable tomar distancia y reflexionar: ¿Es importante la opinión y crítica de los demás? No, en absoluto. A veces, es importante, romper los cánones establecidos en una sociedad que lucha contra el estereotipo para sentirnos bien con nosotros mismos y ser felices.

Sin más preámbulos, el martes pasado y en un día congelado de invierno, decidí salir de compras y ser yo mismo unas ves más. Sin prejuicios, sin reprimir mis gustos, sin pensar en otra cosa más que en mi bienestar anímico y fashiosinta.

En un intento por imponer mi estilo y antes de reunirme a cenar con mi fiel amante, quien me sostiene la mano y protege hace varios años, visité la lujosa tienda de Prüne, ubicada en la planta baja del shopping Unicenter, una etiqueta de prestigio y calidad que si bien se destaca por sus hermosos zapatos y carteras, cuenta también con accesorios muy chic.

Allí divisé una inmensa cantidad de tapados, compuestos por diferentes texturas, pieles y colores. ¡Todos asombrosos! En cuestión de instantes, encontré un abrigo de suave piel sintética, color beige, que logró cautivarme con tan sólo verlo colgado en su humilde percha negra.


           Con la amistosa atención y asesoramiento de una simpática vendedora concreté mi compra y salí de la tienda con una gigantesca bolsa y una prenda de  Prüne que se sumó a mi closet: el paraíso de la extravagancia y originalidad.