Noche mágica en Buenos
Aires
Por: Emy Miranda
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arios son los motivos para
festejar en Capital Federal. Aprobar difíciles parciales en la Universidad de
Buenos Aires, conseguir el empleo soñado y otra más linda y romántica, ir a
cenar con tu pareja, conmemorando un nuevo aniversario.
De todas
formas, si el fogoso y trágico amor griego de Romeo y Julieta, quedó grabado en
el inmenso muro, al cual llamo Historia… ¿Por qué nosotros no podemos hacerlo
con nuestros tres años de noviazgo y un centenar de cenas de por medio? Claro
está que, nuestra versión, sería actual, sin rústicos balcones ni luz de velas
pero sí, con una ciudad resplandeciente y outfits bellísimos.
Y como no
podía ser de otra manera, y más aún tratándose de una cita tan importante donde
vería a mi “chico de ojos café”, fui de compras para obtener unos lindos
zapatos para estrenar y combinar con mi nueva cartera rosada (a esta altura, se
habrán dado cuenta, mis queridos lectores, que el rosa es mi color favorito).
Una vez más,
Ricky Sarkany fue mi salvación. Cuando se trata de diseño y calidad siempre
puedo contar con esta etiqueta argentina de renombre y prestigio. En medio de una
muchedumbre, compuesta por ciertas mujeres desesperadas en obtener los
descuentos del día, yo me apresuré a concretar mi hermosa adquisición: “Dadu”. Unas
botas de gamuza color rosa, con cierre y flecos laterales, que me calzaron
genial… ¿A caso era una señal del destino que me indicaba el par correcto?
Diez minutos
después, salí de la tien
da con mi gran bolsa de cartón y una tarjeta de crédito
convaleciente.
Al anochecer,
nos encontramos en nuestra mítica esquina mágica, ubicada en mi avenida
preferida: cabildo y juramento. Nos dirigimos a “Pompeii”, un elegante restaurant,
que cuenta con una carta de mesa, integrada por los platos deliciosos y sanos.
Foto: Botas Didu, Ricky Sarkany. |
Mientras el
“chico de ojos café” finalizaba su cena y ambos nos mirábamos a los ojos, sentí
un vínculo intenso entre nosotros. Ya no se trataba de las conocidas mariposas
en la panza. Éstas evolucionaron y se transformaron en algo más real pero
también abstracto.
Tal vez Romeo
y Julieta, quienes lograron un vínculo inigualable de amor producto de su
valentía para oponerse a las clases opresoras que los distanciaban, no son tan
distintos a nosotros, ya que nuestra relación también se enfrenta a diario a
ciertos cánones (que en este siglo comenzaron a evolucionar de forma
igualitaria) impuestos por una cultura manipulada, desde hace siglos, por
retrógrados sectores elitistas.
No obstante,
de algo tengo una plena confianza: nuestro amor no va a terminar en tragedia,
como una novela griega. Por lo contrario, nos espera un futuro lleno de
esperanza y cargado de mucha, pero mucha, ropa!