domingo, 21 de diciembre de 2014

Romeo y Julieta a la Moda

Noche mágica en Buenos Aires

Por: Emy Miranda

V
arios son los motivos para festejar en Capital Federal. Aprobar difíciles parciales en la Universidad de Buenos Aires, conseguir el empleo soñado y otra más linda y romántica, ir a cenar con tu pareja, conmemorando un nuevo aniversario.

De todas formas, si el fogoso y trágico amor griego de Romeo y Julieta, quedó grabado en el inmenso muro, al cual llamo Historia… ¿Por qué nosotros no podemos hacerlo con nuestros tres años de noviazgo y un centenar de cenas de por medio? Claro está que, nuestra versión, sería actual, sin rústicos balcones ni luz de velas pero sí, con una ciudad resplandeciente y outfits bellísimos.

Y como no podía ser de otra manera, y más aún tratándose de una cita tan importante donde vería a mi “chico de ojos café”, fui de compras para obtener unos lindos zapatos para estrenar y combinar con mi nueva cartera rosada (a esta altura, se habrán dado cuenta, mis queridos lectores, que el rosa es mi color favorito).

Una vez más, Ricky Sarkany fue mi salvación. Cuando se trata de diseño y calidad siempre puedo contar con esta etiqueta argentina de renombre y prestigio. En medio de una muchedumbre, compuesta por ciertas mujeres desesperadas en obtener los descuentos del día, yo me apresuré a concretar mi hermosa adquisición: “Dadu”. Unas botas de gamuza color rosa, con cierre y flecos laterales, que me calzaron genial… ¿A caso era una señal del destino que me indicaba el par correcto?

Diez minutos después, salí de la tien
da con mi gran bolsa de cartón y una tarjeta de crédito convaleciente.

Al anochecer, nos encontramos en nuestra mítica esquina mágica, ubicada en mi avenida preferida: cabildo y juramento. Nos dirigimos a “Pompeii”, un elegante restaurant, que cuenta con una carta de mesa, integrada por los platos deliciosos y sanos.

Foto: Botas Didu, Ricky Sarkany.
Mientras el “chico de ojos café” finalizaba su cena y ambos nos mirábamos a los ojos, sentí un vínculo intenso entre nosotros. Ya no se trataba de las conocidas mariposas en la panza. Éstas evolucionaron y se transformaron en algo más real pero también abstracto.

Tal vez Romeo y Julieta, quienes lograron un vínculo inigualable de amor producto de su valentía para oponerse a las clases opresoras que los distanciaban, no son tan distintos a nosotros, ya que nuestra relación también se enfrenta a diario a ciertos cánones (que en este siglo comenzaron a evolucionar de forma igualitaria) impuestos por una cultura manipulada, desde hace siglos, por retrógrados sectores elitistas.


No obstante, de algo tengo una plena confianza: nuestro amor no va a terminar en tragedia, como una novela griega. Por lo contrario, nos espera un futuro lleno de esperanza y cargado de mucha, pero mucha, ropa!

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Cumpleaños 23

¡23 años y mucha ropa!

Por: Emy Miranda

M
e levanté temprano como todos los años. Puse mis temas favoritos de música, de artistas como Katy Perry, Avril Lavigne y Evanescence, mientras me arreglaba para salir con mi “chico de ojos café” a festejar mis veintitrés velitas, en un almuerzo romántico.

Foto: Con mi regalo de cumpleaños.
Ahora bien, considero que un punto crucial en el día especial de una persona, luego de vivir unos largos 365 días, donde realizamos un balance exhaustivo sobre nosotros mismos y nuestros proyectos personales, es muy importante obtener un objeto de deseo que demuestre que, pese a todo lo vivido, hemos triunfado en nuestro objetivo.

Y como no podía ser de otra forma, calmé mi gran debilidad comprando zapatos Ricky Sarkany. Después de todo, y como mi abuelo siempre dice, los gustos hay que dárselos en vida. Así, adquirí unas hermosas botitas de gamuza color rosa, con delicados flecos a los costados. ¡Una verdadera belleza!  

No obstante, lo mejor me esperó por la noche (¡no sean mal pensados, por favor!). Una cálida cena familiar, llena de amigos y organizada por mi hermoso galán.

Se trató del primer cumpleaños en el que celebré, por primera vez en mucho tiempo, acompañado por todos mis seres queridos: amigos, familiares y mi “chico de ojos café” (con quien pude soplar mis veintitrés velitas).

Debo confesar que en muchas ocasiones, el evento más importante de una persona no es aquel que cuenta con una recepción ostentosa y deliciosos cocteles en un lujoso hotel, sino una pequeña reunión íntima, compuesta por nuestros seres queridos más cercanos, la cual representa un símbolo de unión e igualdad familiar.

Luego de que los invitados se fueron, me dedique a la única manía obsesiva que tengo: ordenar mi armario y acomodar las nuevas prendas obsequiadas. Claro está que, mientras realizaba esta hermosa labor fashionista, observé mis diferentes outfits y reflexioné sobre mis cambios tan sorprendentes. Y no sólo en la manera de vestir, sino también en la de pensar.


Ahora, con veintitrés años y un hermoso “pedacito de cielo”, integrado por amigos como Sarkany, Prune, 47 Street, Tropea, Complot, Sweet, Muaa!, entre otros, me pregunto: ¿Qué cambios vendrán en el incierto futuro de Emy Miranda?” Tal vez, lo mejor está por venir…!