martes, 14 de abril de 2015

Su patente aroma a Saint Laurent

Todo está implantado en la memoria

Por: Emy Miranda

E
Foto: Día de shopping.
s muy frecuente que, al viajar por la metrópoli porteña, ciertas estaciones de subte, calles y horas te recuerden momentos importantes. Una cita romántica, un ex novio, un difícil día de facultad, o la primera vez que compraste esos zapatos que te enloquecieron. Al analizar los diferentes sucesos que marcan la vida de una persona fashionista, encontré uno que, particularmente, guardo en mi memoria gran aprecio: mi primer beso con “el chico de ojos café”.

Luego de varios errores amorosos previos, una noche mágica llena de mística gay revoloteando en el aire, mis amigos me convencieron de ir a un bar muy popular entre los chicos de veintitantos. Sin ánimos de sociabilizar con gente opuse resistencia pero luego pensé: ¿Por qué no estrenar un nuevo outfit en una excitante salida nocturna? Y mejor aún, cuando un joven que me escribía hace unos meses, dejó la timidez de lado y me citó para encontrarnos. Así, sin más preámbulos, viaje a mi destino sin pensar que conocería a una persona muy especial. 

Foto: Feliz con mis compras fashionistas.
En medio de una oscura profundidad, no sólo emocional por mi previo rompimiento, sino literal ya que el ambiente del bar era muy lúgubre, lo ví. Vestido de forma elegante y con un elocuente conjunto negro de jeans y remera. ¡Me impacto de inmediato! Pero no le sería tan fácil. Si él era un tiburón debía esforzarse para atrapar a su presa.

Sin embargo, todo mi plan se derrumbó de inmediato cuando, al abrirse paso entre la multitud y acercarse para saludarme, me derritió con su exquisito aroma. Inconfundible y atractiva, su fragancia de Yves Saint Laurent L’Homme Libre, me cautivó como si fuese un príncipe encantador, en cuyo caso yo era una extravagante princesa de ensueño con perfume de Carolina Herrera. ¿A caso los dioses de la alta costura deseaban unirnos? ¿Una señal del destino o una simple, pero oportuna, coincidencia?

Foto: Yves Saint Laurent L’Homme Libre.
Y así, en la penumbra del boliche, nos besamos… por un largo tiempo, que parecieron segundos. Ambos sabíamos que una conexión nos unió en ese preciso momento. Meses después, empezaríamos un cálido noviazgo.


Lo cierto, es que la Ciudad de Buenos Aires, siendo una de las capitales latinoamericanas más destacadas en Moda, posee un rasgo aún más atrapante para toda la comunidad fashionista que vive en ella: la capacidad de enamorar a las personas. Y ese aspecto, pese a todos los contras que la metrópoli tenga, la convierte en un sitio ideal para empezar una hermosa historia de amor. Y ustedes, ¿Qué esperan para iniciar la propia?