miércoles, 27 de noviembre de 2013

Noche, moda y obsequios

En busca del regalo perfecto

Por: Emy Miranda

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Foto: Con la flamante billetera de Isadora.
umplir años no sólo abarca un gran festejo y deliciosos cocteles, sino que también (tal vez lo más importante) hermosos y merecidos regalos. ¿Merecidos? Sí, por superar los desafíos propios que conlleva el sólo hecho de vivir, en el plazo y contexto de un extenuante y glamoroso año.

Lo cierto, es que el jueves pasado soplé mis interminables veintidós velitas que anunciaron un año más de sabiduría y la llegada de numerosos obsequios, algunos muy lindos y otros no tanto. Como por ejemplo, un insulso y tradicional reloj negro, agasajo de mi abuelo, donde las grandes agujas del reloj ocupaban toda mi muñeca. Dicen que lo que importa es la intención…

Por suerte, siempre podemos contar con nuestros “auto-regalos”, donde compramos sin pensar en el precio. Así fue, que luego de recorrerme toda la avenida Cabildo en busca del presente ideal, me topé con la vidriera de Isadora, donde observé una hermosa, reluciente y delicada billetera rosa, que me cautivó desde el primer momento. Enseguida pensé: “Ése es el obsequio perfecto…” Al menos hasta que pasara por Nazaria por un nuevo par de zapatos.

Foto: Tomando un trago Cosmopólitan.
Una vez que concluí mis compras, obteniendo mis propias “ofrendas de moda”, conocí mi límite monetario y una pregunta pasó por mi mente ¿Por qué los regalos que nos hacemos, de forma personal, siempre, o la mayoría de las veces, son los mejores del día, tanto así, que opacan a cualquier otro? Tal vez sea porque nadie nos conoce mejor, que nosotros mismos.

Desafortunadamente, mi amigo Steve, un  programador de 28 años, no se conoce muy bien, o quizás, sus gustos personales no coinciden con los del patovica del boliche “Pound”, ubicado en Palermo, quien casi le impide la entrada al bar (esta vez no fueron sus zapatos) por usar una remera de “Kevingston”, con los colores de la bandera francesa. A lo mejor, era demasiado llamativa para ese club nocturno.


Ahora bien, no existe nada mejor que, para olvidar ese momento tan bochornoso, al igual que cómico, terminar la velada rodeado de grandes amigos, acompañado por mi “chico de ojos café” y un exquisito Cosmopolitan; dando como resultado una fusión infalible, o mejor dicho, el regalo perfecto.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Elixir de Amor

El fantástico olor de las primeras citas

Por: Emy Miranda

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Foto: Junto al perfume Elixir Wild.
sta es la historia de un joven escritor rubio, amante de la moda, que enfrentó un gran dilema, hace dos años atrás: una inesperada primera cita. El encuentro inicial entre dos corazones que, si sale favorable, puede ser el comienzo de una fructífera relación (por el contrario, sólo se tratará de una buena cena o película con el sujeto equivocado… pero ¿quién te quita lo bailado?). La misma se dio por parte de un muchacho atractivo, de ojos café, que lo invitó a salir luego de un encuentro casual, en la pista de un boliche porteño, situado a tres cuadras del Obelisco.

Lo cierto, es que luego de algunos inevitables tropiezos, todo salió perfecto y ahora, el joven rubio y “el chico de ojos café”, llevan dos años de relación.

Foto: Envase de Elixir Wild.
Ahora bien, muchos se preguntarán ¿Cuál fue el “accesorio” fundamental que utilicé (se habrán dado cuenta que se trataba de mí) en mi primera cita para cautivar a mi pareja? Mi dulce y delicada fragancia. Sin duda, considero que el aroma es algo fundamental a la hora de conquistar a una persona, más aún si se trata de la posible y anhelada media naranja.  Tengan en cuenta que oler bien, nunca pasa de moda. Todo lo contrario, es una herramienta necesaria para cautivar a cualquiera y un infalible elixir de amor que, como todo accesorio, no puede faltar en tu armario.

Es el día de hoy, que aún le presto mucha atención a las nuevas fragancias lanzadas en la industria de la moda. Una de las más populares y recientes, es “Elixir Wild” de Shakira. Bajo el slogan “Domina a la fiera”, el flamante producto, lanzado en abril de este año, ofrece un exquisito aroma oriental y floral, inspirado en los salvajes felinos de las sabanas.

Foto: Imagen promocional de Elixir Wild by Shakira.
No sé si fue la imponente producción y el suspenso de la publicidad, o el místico envase dorado, o tal vez, la posibilidad de controlar a los hombres, como si fueran pumas sumisos, con tan solo una gota de ese llamativo elixir, pero no dudé en pedir la muestra para luego “auto-regalarmelo”.

 Y no me arrepiento en lo absoluto, ya que no hay ocasión en que “el chico de los ojos café” u cualquier otra persona, que se acerca a saludarme, me recuerde lo bien que huelo. 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Estilo y tendencia, dos cosas diferentes

La importancia de saber quiénes somos

Por: Emy Miranda

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Foto: Con mis relucientes zapatos color oro.
icen que no todo lo que brilla es oro. Sin embargo, cuando observo mis flamantes y relucientes zapatos nuevos, color oro, esa frase se desmorona con gran facilidad. Y eso se debe a que esta nueva joya adquirida, en un pago con mi tarjeta de débito, vale más que cualquier metal precioso. ¿Por qué? Simple, complementa con gran estilo todos los outfits de mi armario. Sin duda, se trató de ¡amor a primera vista! Como la mayoría de la indumentaria que compro en cada local.

Y aquí surge el gran dilema ¿Estar a la moda, comprando objetos de tendencia, es sinónimo de poseer estilo? No, de ninguna manera. Es decir, conozco varias personas, de la alta sociedad, que visten lo último en tendencia, perteneciente a reconocidas marcas. Por ejemplo, Sarkany, Dior, Armani, entre otras. Sin embargo, tener ese costoso ropero encima, no les asegura, en absoluto, un estilo propio. Por el contrario, sólo vemos un mero reflejo de vidriera o una “fachada”, tal vez, utilizada para cubrir algún tipo de carencia.

Susana Saulquin, Sociologa de Moda.
Sin entrar en plano del psicoanálisis, es necesario destacar que el estilo tiene una relación estrecha con las diferentes combinaciones de ropa, u organización estética, que realiza una persona, de forma individual, que lo transforman en un ser único y que, difícilmente, deja de ser percibido entre la multitud porteña.

Por dicho motivo, cuando camino por el microcentro, siempre (o la mayoría de las veces) me encuentro a algún conocido que exclama: “Te reconocí desde la otra esquina, siempre te vestís bien”. Una frase bastante gratificante, para nosotros, los columnistas amantes de la moda.

Ahora bien, la reconocida socióloga Susana Saulquin, en su interesante libro, “Historia de la moda Argentina”, deja bien en claro la idea de estilo, destacando que: “quien se conoce a sí mismo hace de la elección de aquello  que lo rodea algo consiente, y puede separar lo que no concuerda con sus gustos porque no expresa su personalidad”.  Y ahí encontramos la palabra clave, según mi criterio, para definir estilo: p-e-r-s-o-n-a-l-i-d-a-d.

Es fundamental, al momento de definir nuestros outfits y salir a la calle, responder una simple y, a veces, complicada interrogante: ¿Quiénes somos? Tener la plena seguridad que cuando elegimos una prenda, sea de un reconocido diseñador o uno independiente, estamos convencidos que esa indumentaria o ese accesorio nos representa de forma fiel.


 Por mi parte, tengo la plena seguridad de saber quien soy: un rubio escritor, amante de la moda… a veces, un poco neurótico. 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Un ritual de moda

El glamour de una sesión de fotos

Por: Emy Miranda

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Foto: Luciendo un bellísimo chaleco.
studiar modelaje es una hermosa labor que tiene sus pros y sus “contras”. Mientras que en los últimos encontramos el intensivo entrenamiento de la técnica de pasarela y el riguroso cuidado del pelo, la piel, y todo aquello relacionado con nuestra estética corporal; por otro lado, también disfrutamos de fantásticos momentos y cálidas situaciones propias de la profesión.

Una de ellas, sin duda, son las sesiones de fotos. Un ritual de moda, en su máxima expresión, donde el modelo luce imponentes joyas y espectaculares outfits, que despiden un destello propio, con la luz de cada flash. Esto ocasiona que muchos (incluyéndome) den cualquier cosa por obtener, aunque sea, alguno de los objetos exhibidos; incluso si eso consiste en derretir el plástico de todas tarjetas de crédito que tenemos en nuestra billetera. ¿Quién puede resistirse a tal tentación?
Foto: Posando un glamoroso oufit.

           Por mi parte, recuerdo la primera producción de fotos que tuve como modelo principiante. Aquel inolvidable debut, realizado en la EAModa (Escuela Argentina de Moda), hace tres meses, donde padecí esa extraña, y tan conocida, sensación de “mariposas” en el estómago.  Estaba atónico y, si bien observa que los labios del fotógrafo se movían rápidamente, no podía escuchar sonido alguno. ¡Entré en pánico escénico! Y preguntas como: “¿Estoy en el lugar correcto?” ó “¿Sirvo para esto?”, comenzaron a pasear por mi cabeza.

No obstante, cuando el primer flash iluminó mi inseguro rostro, gané confianza, recobré la fortaleza y tomé una fuerte posición en el estudio. Ahí, se dio inicio a un verdadero espectáculo de moda y glamour, donde el estudio, la cámara y yo, nos entendimos y fundimos en uno.


Foto: Mi primera producción de fotos en EAModa.

Ahora bien, no sé si las fotografías hayan sido las mejores del curso (probablemente no). Sin embargo, me fui muy conforme con el resultado de la extenuante jornada, ya que vencí viejos temores e inseguridades para abrirme camino a nuevo destino, donde la pasarela y las cámaras se convirtieron en mis fieles aliadas.