viernes, 28 de febrero de 2014

Compras inteligentes

Mi pedacito de Carolina Herrera

Por: Emy Miranda

E
Foto: En plena compra de shopping.
l ingreso de la nueva temporada de indumentaria, otoño-invierto, trae consigo innumerables abrigos de tendencia, hermosos guantes y pañuelos de colores inimaginables, borcegos y botas de diseños muy elegantes, que todos/as deseamos obtener con tan sólo una mirada sigilosa en la vidriera de cada local. No obstante, si bien considero que la ropa de esta fría y nostálgica estación del año, donde recordamos viejos amores y nos abrimos a nuevas relaciones, es tan bella como costosa debido a que sus precios son aún más elevados que las prendas de verano.

      Y es en ese preciso momento que nos detenemos frente a un local y observamos nuestras tarjetas de crédito para pensar: “¿Cómo obtener la mayor cantidad de prendas y evitar un resumen que destruya nuestra economía?”

  A continuación les ofrezco una serie de “movimientos” a seguir, demasiado importantes a la hora de comprar:

      Paso uno: siempre que desees ir a gastar tu sueldo, recién salido del horno, andá a tu lugar de compras preferido (para mí los shoppings o la pintoresca Av. Cabildo y Juramento) acompañado de esa amiga que ama la ropa como vos, pero que tiene la suficiente experiencia en excesos de tarjetas de crédito como para evitar que cometas una catástrofe financiera. En mi caso particular, fue mi dulce amiga Rocío quien me puso los pies en la tierra antes de cometer una compra masiva y, tal vez, descabellada. Durante la jornada del martes pasado, cuando decidimos ir a pasear por las instalaciones de Unicenter, ella fue una asesora de adquisiciones fashionistas.

      Paso dos: busquemos siempre las ofertas y rebajas. Una de las primeras preguntas que debemos hacer al ingresar en un local es: “¿Con qué Banco tienen descuento?” o “¿En cuántas cuotas puedo hacer mi compra sin interés?”. Esto sin duda, hará la diferencia al momento de abrir el sobre mensual de nuestro resumen. De esta forma, la semana pasada, no sólo adquirí un hermoso bolso de “Muaa!”, reyado de color blanco y negro, sino que también me hicieron un descuento del 20%, por comprar al inicio de la temporada.

      Paso tres: es muy necesario pensar que prenda u accesorio es el que necesitamos con mayor prioridad. Si bien se trata de una pregunta demasiado difícil cuando te encontrás con una innumerable cantidad de maniquís que visten la ropa que tanto querés, es esencial detenerse a meditar unos minutos para luego, no tener que lamentarnos.

      Paso cuatro: ¡Date el gusto! Imaginá ese hermoso objeto de deseo que tanto anhelas y por el que harías cualquier cosa por obtenerlo (si son muchos, focalizáte en el primordial), y date un “permitido”. Sacá tu tarjeta y, con lo aprendido en los pasos anteriores, comprátelo. Así, luego de consultarlo con mi adorable amiga Rocío, adquirí mi “pedacito de Carolina Herrara”. Exitosa diseñadora venezolana y gran exponente de la moda mundial, quien lanzó al mercado su nueva fragancia “Sublime”. Un hermoso objeto de color violeta, decorado con un fino moño morado y un aroma único e indescriptible. 

       Paso cinco (y último): Disfruta todas tus flamantes adquisiciones de moda y tendencia, con esa persona especial que te alegra los días. En mi caso particular: “mi chico de ojos café”. No existe nada más romántico que una cena con tu pareja y que ésta destaque lo lindo que te ves...


! Misión cumplida!

jueves, 20 de febrero de 2014

Gripe de Moda

Un resfriado poco glamoroso

                                                                                Por: Emy Miranda

P
escar un resfriado en el soleado mes de febrero es tan irónico como tener una tarjeta de crédito y no usarla. Y yo padecí ambas situaciones tortuosas, en el largo transcurso de la semana pasada, donde me enfermé el día que decidí ir a buscar mis dos nuevas tarjetas de crédito; hermanas de color naranja, que serían adoptadas por mi tarjeta madrina, es decir, la primera Visa que obtuve al conseguir mi segundo empleo y a la que nunca abandonaré.

Foto: De compras en Av. Cabildo y Juramento.
Lo cierto, es que padecí tres extensos y tediosos días de cama y reposo. Tal vez, se trato de un horrible y merecido castigo divino por demorar en la búsqueda de mis dos flamantes hijas. ¿Por qué tuve que  posponer esa enorme responsabilidad? ¿Acaso la Moda me estaba dando un escarmiento por ignorarla? Todavía me lo pregunto…

Ahora bien, durante ese período tan molesto, donde respiraba con dificultad, sentía nauseas a cada segundo y me sentía tan temeroso como una embarazada primeriza, no pude hacer otra cosa más que descansar en mi cama. Para eso, decidí pasar la tarde con mi mejor amiga, impresa y de robusto papel, mejor conocida como Vogue. Así, con un gran número de revistas de moda, y un té sin azúcar, me aseguré el entretenimiento por, al menos, toda la tarde.

Sin embargo, cuando el Sol se opuso y cayó la noche, las delicadas páginas de Vogue ya no me satisfacían. Todo lo contrario, me mostraban un sinfín de indumentaria, hermosos accesorios, y deliciosas fragancias, como las de Dior, Carolina Herrera y Gucci, a las cuales yo no podía acceder por estar postrado en mi cama.

En un intento por sentirme mejor conmigo mismo y subirme el ánimo, tomé mi celular y realicé la llamada que cualquier joven, en un estado de malestar físico y mental, haría. En otras palabras, contacté a mi galán de ojos café para que me diera refuerzos.

De repente, pasó lo inesperado. Mi novio había cruzado la panamericana en menos de una hora para verme y hacerme compañía. Me brindo calor, ternura y un cuidado muy severo por mi condición de enfermo. ¡Fue fantástico!


Y ahí, sentado en mi cómoda cama, recordé el aspecto más positivo de tener un novio quien, al igual que las tarjetas de crédito, puede darte “todo” al alcance de la mano junto con una válida confianza personal. No obstante, reconozco que la compañía particular de “mi chico de ojos café” es aún más cálida y reconfortable que cualquier plástico con banda magnética. Y a ese sentimiento, no lo cambio por nada.

jueves, 13 de febrero de 2014

Renovando el armario

Adiós a mi ex novio, adiós a mi vieja ropa

Por: Emy Miranda

U
Foto: Producción de foto en EAModa.
na semana intensa de lluvia y viento en Buenos Aires, durante el mes de febrero, puede ocasionar la caída de ramas, grandes inundaciones en las avenidas principales de la ciudad y que varios pensemos que el otoño está próximo a llegar. O también, un clima tan inestable y confuso como el de la semana pasada, puede hacer que un ex novio te escriba un mensaje de texto, luego de un año de no tener comunicación alguna con él.

Del mismo modo, mientras terminaba de secarme el pelo con una secadora eléctrica, para luego vestirme en menos de cinco minutos (estaba retrasado) y salir a dar un paseo con mi chico actual, sentí vibrar mi celular.

Ahí estaba: un simple mensaje que dejaba en claro una intensión y me regresaba dos años al pasado. Y si bien, en tan sólo un segundo, es normal recordar viejos y cálidos momentos, también es lógico llegar al punto clave: ¿Por qué terminamos?

Y si bien, cuando finalizamos una difícil relación, la vida avanza y continúa su ritmo acelerado, donde aprendemos nuevas enseñanzas, que nos llevan a puntos y convicciones totalmente diferentes a las que teníamos cuando éramos jóvenes… ¿Es posible acercase de nuevo a ese antiguo compañero sentimental, luego de todo el caudal de agua que corrió bajo el puente? En otras palabras, y aún cuando haya transcurrido un largo tiempo desde la separación, ¿Se puede ser amigo de un ex?

Mi relación con “Lucio” (nombre ficticio para proteger su identidad) ocurrió hace varios años, cuando ir de shopping con mil pesos significaba volver a casa con las manos llenas de bolsas. Un típico pero intenso amor adolescente, con el que aprendí a utilizar todas las líneas del subterráneo porteño y conocí bellos sitios de la ciudad.

Sin embargo, luego de seis meses y varias discusiones, descubrí que la relación ya no era placentera. Por el contrario, me estresaba. Salía con el típico chico rebelde (pero sin causa) que no sabía lo que quería. Afortunadamente, yo sí. Quería seguir vistiendo con estilo, de la mano del verdadero (y a veces cursi) amor.
Algunos meses después, lo conocí a él: un simple chico de ojos café que me devolvió la sonrisa y al que no cambio por nada. El mismo joven que me dio la seguridad para eliminar ese “misterioso” mensaje de texto, dándome la seguridad que voy por el camino correcto.

Quizás, cuando se trata de un pésimo tema como el desamor, lo mejor sea reducir todo al fantástico mundo de la moda. Por eso, cuando ciertas prendas de ropa, se gastan por su uso y se rompen luego de un tiempo determinado, algunas relaciones amorosas también lo hacen.


Se trata de un doloroso y complejo ciclo que a todos/as nos paso. El momento clave donde hay que respirar hondo, desde lo más profundo, y dejar de aferrarse a una hermosa prenda de “Vete al Diablo”, agradecer los cálidos momentos vividos y deshacernos de ella… del mismo modo que despedimos a un novio que no nos comprende. 

miércoles, 5 de febrero de 2014

Book Digital

Espejito, espejito ¿Cuál es la foto más linda?

Por: Emy Miranda

E
Foto: Comprando zapatos.
xisten noches en las que el tiempo, los minutos y los segundos parecen transcurrir con gran lentitud y parecen eternos. Una de ellas, son los momentos previos a una expectante cita con tu chico enamorado. La otra, la noche previa a la entrega de tu book de fotos como modelo profesional. Es decir, la recopilación de un material fotográfico en el que podés enorgullecerte o, por el contrario y en el peor de los casos, salir desconforme con el resultado.

Para mi fortuna, se trataba de un momento nocturno (transcurría la una de la madrugada) doblemente importante y tenso, ya que había acordado un almuerzo romántico en Palermo con mi novio, quien me escoltaría hasta la calle Florida, donde se encuentran las instalaciones de la escuela de moda. Allí, me entregarían el resultado de medio año de trabajo, compuesto por agotadoras sesiones de fotos, increíbles  make up y largas pasarelas: mi book de fotos en versión digital.

Foto: Junto a mi Book digital.
Luego, de varios expresos y tres cambios de ropa, me encontré con mi “chico de ojos café” quien vestía muy elegante de la mano de unos delicados pero masculinos zapatos de Oggi, de color blanco y azul. No cabe la menor duda, que en ésos momentos donde nos encontramos tensos y, al mismo tiempo, temerosos e inseguros, contar con un fuerte soporte que nos sostiene hasta las últimas consecuencias.

Y para completar “el momento de relajación y distensión” pasé a visitar mi avenida predilecta, poseedora de una innumerable cantidad de etiquetas con grandes diseños a las cual admiro: Cabildo y Juramento.

Un fiel compañero y tres pares de zapatos  fue lo que necesite para bajar mi tensión y finalmente presentarme en la Escuela Argentina de Moda. Con un enorme saludo y una felicitación por mis estudios realizados me entregaron ese objeto que podría ser un valioso tesoro o una siniestra “Caja de Pandora”.

Foto: Imagen polaroid.
No pude resistirme y, al llegar a mi pieza, encendí la computadora e introduje el DVD. Estaba ansioso, tanto así que ni siquiera saqué mis nuevos zapatos de Nazaria de sus cajas. Y de pronto, antes de hacer el mágico “click” que me abriría las puertas a una sucesión de imágenes donde me vería a mí mismo, una pregunta pasó por mi mente: “¿Seré capáz de reconocerme y estar a gusto con el resultado que esas ilustraciones me mostrarían? ¿O me daría tanta vergüenza de ver a un ser grotesco que guardaría el book completo, en el cajón de mi escritorio, ocasionando la muerte de mi modelo interno?

De pronto, miré a mí alrededor y pensé que, si el material no llegara a gustarme, sólo yo estaba en la habitación y “el gran secreto” se quedaría conmigo. De esta manera, presioné el botón de mi ratón y ahí estaba: un místico espejo digital que me regresaba una espléndida imagen sobre mí, en mis mejores facetas, poses y gestos. ¡Estaba impresionado por el resultado! No podía creer lo que un estudio, una cámara y un fotógrafo podían llegar a hacer: transformar a un humilde escritor en un modelo fashionista.
Foto: Junto al perfume Floral de Shakira.

Tal vez, lo más importante no sea mi despampanante apariencia personal en las diferentes sesiones de fotos. Quizás lo más destacable sea que, en cada una de las fotografías, me mostré a mi mismo como lo que soy: un excéntrico escritor que vive para la moda.