jueves, 26 de diciembre de 2013

¿Una relación simbiótica?


Mi bolso y yo: un dúo inseparable

Por: Emy Miranda

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Foto: Luciendo bolso de "Muaa!".
omos inseparables, a tal punto, que lo considero una extremidad física más de mí. Cada vez que me preparo para salir a una cita, o ir a comprar a mi avenida preferida (Cabildo y juramento, obvio!), no puedo  cruzar la puerta sino lo tengo conmigo. No en vano, fue testigo de esas románticas citas donde nos ponemos lo mejor que tenemos en el ropero. Él carga todo lo que yo no quiero llevar en mis manos y lo hace de una forma muy elegante. Mi bolso es mi fiel y bonito compañero de ruta, no sólo un mero accesorio. Lo considero fundamental a la hora de complementar mis outfit.

Preferentemente, o por lo general, elijo aquellos que abarcan la gama del blanco y negro. Una combinación de colores que nunca pasa de moda y con la que siempre quedás espléndido.

  ¿Marcas elegidas? Mi estilo se compone por una fusión, a la que considero maravillosa, de diferentes diseñadores o etiquetas. Algunos conocidos y otros no tanto. Y con mis bolsos y morrales, no es la excepción. En mi armario se encuentran muchos y de diferentes marcas. Entre ellas 47 Street y Back to Black (una magnífica marca de indumentaria, totalmente independiente). Y recientemente, me sentí cautivado por un emblemático bolso de Muaa!. El mismo, es de color negro y blanco, y posee cuatro grandes palabras, ubicadas al frente, con las que me identifiqué de inmediato: “Live” (vive), “Smile” (sonríe), “Laugh” (ríe) y “Dance” (baila). Cuatro verbos que siempre tengo en mi mente y realizo de forma constante a lo largo de mi jornada matutina.
Foto: Posando con bolso "Muaa!"

Por otro lado y hablando en términos generales, debo reconocer que, si bien en un principio este hermoso y necesario accesorio, cuya finalidad es transportar nuestros objetos personales de manera práctica, pertenecía al público femenino, en los tiempos que corren, es muy normal ver a chicos (y no me refiero sólo a jóvenes gays, sino a heterosexuales) con bolsos y morrales muy elegantes, acompañados por magníficos diseños originales y atrevidos. A mi parecer, estamos en presencia de uno de los mejores y alentadores cambios del futuro, referentes a la moda.


Y de esa forma, poco a poco, paso a paso, la sociedad fashionista argentina da un paso hacia el mañana. Siempre hay que animarse a más, romper las reglas siguiendo nuestro gusto personal (sin inclinarse al campo de “lo payasesco”) y utilizar diferentes accesorios con los que nos identifiquemos y sentamos cómodos. 

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Mi debut en la moda

¡Sacá el modelo interno que hay en vos!

Por: Emy Miranda

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Foto: Tercer outfit de pasarela.
al y como adelante en la columna anterior, el sábado pasado debuté en la pasarela de la prestigiosa EAModa (Escuela Argentina de Moda). No obstante, debo reconocer que no fue fácil encarar la situación. En todo momento, tuve el presentimiento que ponerme en los zapatos de un modelo profesional no sería nada fácil…

A poco tiempo del gran día, y sin poder conciliar el sueño, me puse a pensar ¿Qué significa ser un modelo? ¿Se trata de representar el ideal de una persona o ser sólo un instrumento carnal para lucir hermosas prendas de ropa? Y cuando llegara el momento de abrirme paso a través del majestuoso show de flases y caminara por la extensa plataforma de alfombra gris… ¿Las personas me admirarían o, como suele suceder cuando miramos una revista de moda, buscarían mis defectos físicos? ¡Era todo un desafío!

Lejos de considerarme un joven estéticamente perfecto, decidí cargar esa enorme presión en mis hombros con todo el glamur posible. No soy la clase de chico que se rinde ante las diferentes adversidades de la vida y tenía en mente que abandonar la pasarela, no era una opción.

Foto: Junto a Cecilia Cánepa, modelo y profesora de EAModa
Llegado el día y, luego de haber pasado por starbucks para adquirir una dosis de cafeína que me mantuviera despierto por no haber dormido la noche anterior, me presenté al backstage, listo para que iniciara la “operación belleza”. Es decir, un placentero ritual, previo a la exposición pública, donde quedamos en manos de un excelente grupo de profesionales (estilistas, peinadores y maquilladores) que transforman nuestra apariencia y nos dejan espléndidos. En pocas palabras me sentía como La Cenicienta: bendecido por una mágica hada madrina.

Al finalizar todos los preparativos, las luces se apagaron y sólo unos cuantos focos de luz iluminaban el inmenso escenario. La inerte pero fogosa pasarela me esperaba ansiosa. Con una plenitud total y gran seguridad, tomé mi lugar en la fila.  

Foto: Junto a Axel Neri, modelo y profesor.
En un abrir y cerrar de ojos, llegó mí esperado turno: debía salir y dar ese difícil primer paso. Y así lo hice, en cuanto pisé la pasarela me dejé llevar por la euforia del momento. No sé si era la agradable música, o la inmensa cantidad de fotógrafos en el estudio, o la seguridad que mis familiares, y mi novio, estaban viéndome, pero nunca me sentí tan importante en mi vida.

Luego de tres cambios de ropa, algunos retoques de maquillaje y ajustes en el peinado, el desfilé finalizó con gran éxito. En otras palabras, crucé un inmenso aro de fuego y obtuve mi gratificante recompensa.


Ahora, cada vez que me acuesto a dormir, me detengo cinco minutos a observar mi flamante “trofeo”: un diploma, colgado sobre la pared,  que festeja el logro de mi modelo interno. 

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Compras terapéuticas

El modo ideal de superar conflictos y eliminar tensiones

                                                                                Por: Emy Miranda

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Foto: Tomando un frappuccino.
on pocos los hechos que pueden llegar a definir cuestiones importantes en la vida de una persona. Por mi parte, en tan sólo tres días, algunas horas e incontables segundos, ocurrirá un significativo y glamoroso suceso, que marcará mi año, o quizás, mi vida: desfilaré en la pasarela de EAModa (Escuela Argentina de Moda). 

Se trata de un evento muy sofisticado, que pondrá fin a esas lindas jornadas de estudio, donde las cámaras, los flashes y la pasarela eran integrantes fundamentales de la clase.

Lo cierto, es que si bien se basa en una experiencia tan linda como conmovedora, es lógico que experimente las típicas “mariposas en la panza”, un lindo eufemismo para esos nervios normales, que representan inseguridades internas.

Foto: Sosteniendo los zapatos de Muaa!
Y así, nubes negras se cruzan por mí cabeza, junto con pensamientos negativos y preguntas tan retóricas y frecuentes como: ¿Podré realizar mi pasada sin sufrir una parálisis nerviosa?”, o “¿Tendré la suficiente fortaleza para no tropezar y caer, creando un momento cómico y humillante? Y si, en el peor de los casos, ocurriera eso… ¿Podré levantarme?  

Atormentado por dichos pensamientos, agarré mi bolso y decidí tomar cartas sobre el asunto, solicitando ayuda profesional en “Muaa!”. A mi parecer no existe nada mejor que, en un momento de tensión y crisis emocional, salir de compras. Un lindo ritual tan placentero como terapéutico. Y eso ocurre porque no existe nada mejor que identificarte con la prenda u accesorio de una marca o diseñador. Y ahí, pasando dos cuadras de la esquina de Cabildo y Juramento, me encontré frente a unos llamativos y brillantes zapatos, de color negro, en la pintoresca vidriera de Muaa!.

Foto: Zapatos de Oggi y de Muaa!
No dude en entrar, probarme el hermoso par, y comprármelo con tan sólo un efectivo movimiento (Sí, le fui infiel a Nazaria). En menos de diez minutos, salía de la colorida tienda con un gran paquete en mis brazos, dejando a un maniquí descalzo. ¿Y las penas y el malestar? ¿Habían desaparecido? Completamente. Estaba feliz y, nuevamente, recobré la fortaleza y el ferviente humor que me caracteriza.


Entonces, me encontré con el “chico de ojos café” para almorzar y, en ese momento, le contagié un poco mi fanatismo por los zapatos. Fuimos a Oggi y él adquirió un bellísimo, clásico y sutil par. Por un instante, y al ver una blanca sonrisa en su cara, una pregunta se cruzó por mi mente ¿Necesitamos comprarnos algo para sentirnos mejor con nosotros mismos y así, superar nuestras tensiones diarias? Tal vez sí, o quizás es el hecho de comprar con una cálida y especial compañía, que te escucha en todo momento, mientras recorrés un desfile infinito de vidrieras. 

miércoles, 4 de diciembre de 2013

El día perfecto

Moda y amigos: una combinación inigualable

Por: Emy Miranda

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Foto: De shopping en Unicenter.
n Capital Federal, todos corremos. Siempre estamos llegando tarde a una cita amorosa, o a una reunión de negocios o también, y aún más importante, a las liquidaciones de indumentaria, que pocas veces, se realizan en el año. 

Lo cierto, es que son escasos los momentos que tenemos libres, consecuencia de nuestras ocupaciones maritales, propias de nuestro actual y dinámico estilo de vida. No obstante, siempre se puede hacer un hueco en la agenda para disfrutar
una salida con amigos, ya sea para pasear en un shopping o disfrutar un delicioso frappuccino en Starbucks. A veces, lo único que deseamos, al final una extenuante jornada, es compartir un tiempo con aquellas personas que, no importa hace cuantos días no las veamos, nos conocen y la pasamos genial.

Por ejemplo, es un placentero ritual salir de compras, para ver las rebajas de la temporada, con mi amiga Sol, una enérgica porteña de 23 años que, hace tres meses, aprendió que el amor puede estar a la vuelta de la casa, o mejor dicho, en un kiosco, a metros de su trabajo. Ahora bien, es a la salida de la facultad, cuando decidimos despejar nuestras mentes, agobias por las teorías de filósofos y pensadores del siglo IXX, e ir de shopping para ponerlos al día con los acontecimientos de la semana.  

¿Y creen que sólo salgo con amigas argentinas? No, ya que la moda es un fantástico fenómeno que puede unir a varias personas de orígenes y etnias diferentes. El cuatrimestre pasado, conocí a una joven estadounidense, llamada Jensi, con un excelente sentido de la moda. Por dicho motivo, las charlas sobre la belleza de Nueva York y las similitudes entre nuestras culturas, generaron un agradable vínculo de amistad.

Foto: Dos deliciosos frappuccinos.
Así fue, que con ella realicé diferentes móviles radiales para una entretenida materia de la universidad. En uno de ellos, elegimos ir a la reconocida Plaza de Mayo, ícono de la Ciudad, en el Día del trabajador (una idea bastante “kamikaze” para nosotros, tan sólo dos rubios fashionistas con grabador de voz, en medio de una gran muchedumbre). En un principio, padecimos algunos nervios pero, luego de acostumbrarnos a los ruidos de la comparsa camionera, tuvimos la nota y una linda anécdota que, por más que varios kilómetros y un idioma nos separen (Jensi volvió a Estados Unidos), siempre vamos a recordar.


Y eso pasa cuando un grupo de amigos y la moda se juntan: se pasa un lindo y cálido momento que, luego de algún tiempo, se transforma en un placentero recuerdo, el cual se fija en nuestra memoria.