El modo ideal de
superar conflictos y eliminar tensiones
Por:
Emy Miranda
S
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| Foto: Tomando un frappuccino. |
on pocos los hechos que pueden
llegar a definir cuestiones importantes en la vida de una persona. Por mi
parte, en tan sólo tres días, algunas horas e incontables segundos, ocurrirá un
significativo y glamoroso suceso, que marcará mi año, o quizás, mi vida:
desfilaré en la pasarela de EAModa (Escuela Argentina de Moda).
Se trata de un
evento muy sofisticado, que pondrá fin a esas lindas jornadas de estudio, donde
las cámaras, los flashes y la pasarela eran integrantes fundamentales de la
clase.
Lo cierto, es
que si bien se basa en una experiencia tan linda como conmovedora, es lógico
que experimente las típicas “mariposas en la panza”, un lindo eufemismo para esos
nervios normales, que representan inseguridades internas.
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| Foto: Sosteniendo los zapatos de Muaa! |
Y así, nubes
negras se cruzan por mí cabeza, junto con pensamientos negativos y
preguntas tan retóricas y frecuentes como: ¿Podré realizar mi pasada sin sufrir
una parálisis nerviosa?”, o “¿Tendré la suficiente fortaleza para no tropezar y
caer, creando un momento cómico y humillante? Y si, en el peor de los casos,
ocurriera eso… ¿Podré levantarme?
Atormentado
por dichos pensamientos, agarré mi bolso y decidí tomar cartas sobre el asunto, solicitando
ayuda profesional en “Muaa!”. A mi parecer no existe nada mejor que, en un
momento de tensión y crisis emocional, salir de compras. Un lindo ritual tan
placentero como terapéutico. Y eso ocurre porque no existe nada mejor que
identificarte con la prenda u accesorio de una marca o diseñador. Y ahí,
pasando dos cuadras de la esquina de Cabildo y Juramento, me encontré frente a
unos llamativos y brillantes zapatos, de color negro, en la pintoresca vidriera
de Muaa!.
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| Foto: Zapatos de Oggi y de Muaa! |
No dude en
entrar, probarme el hermoso par, y comprármelo con tan sólo un efectivo
movimiento (Sí, le fui infiel a Nazaria). En menos de diez minutos, salía de la
colorida tienda con un gran paquete en mis brazos, dejando a un maniquí
descalzo. ¿Y las penas y el malestar? ¿Habían desaparecido? Completamente. Estaba
feliz y, nuevamente, recobré la fortaleza y el ferviente humor que me
caracteriza.
Entonces, me
encontré con el “chico de ojos café” para almorzar y, en ese momento, le
contagié un poco mi fanatismo por los zapatos. Fuimos a Oggi y él adquirió un
bellísimo, clásico y sutil par. Por un instante, y al ver una blanca sonrisa en
su cara, una pregunta se cruzó por mi mente ¿Necesitamos comprarnos algo para
sentirnos mejor con nosotros mismos y así, superar nuestras tensiones diarias? Tal
vez sí, o quizás es el hecho de comprar con una cálida y especial compañía, que
te escucha en todo momento, mientras recorrés un desfile infinito de
vidrieras.



Hola Emy,como andas?...Hermosas fotos,y PRECIOSOS los dos pares de zapatos,me encantaron...Y si es mucha la tensión y los nervios a la hora de hacer ese tipo de cosas,osea,yo no desfilo,pero soy cosplayer y a la hora de subirme a un escenario en eventos se me ponen los pelos de punta y me sonrojo completamente jeje...Bueno en fin,linda columna y hermosas fotos...Hasta el miércoles q viene Emy,besitos♥♥♥
ResponderEliminarHola Sofi! Muchas gracias por la opinión y me encanta saber que compartimos el mismo gusto por los zapatos! ♥ Mañana es mi gran día, ojalá todo salga lindo =) Posiblemente, escriba sobre eso... Un saludo y beso!
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