miércoles, 11 de diciembre de 2013

Compras terapéuticas

El modo ideal de superar conflictos y eliminar tensiones

                                                                                Por: Emy Miranda

S
Foto: Tomando un frappuccino.
on pocos los hechos que pueden llegar a definir cuestiones importantes en la vida de una persona. Por mi parte, en tan sólo tres días, algunas horas e incontables segundos, ocurrirá un significativo y glamoroso suceso, que marcará mi año, o quizás, mi vida: desfilaré en la pasarela de EAModa (Escuela Argentina de Moda). 

Se trata de un evento muy sofisticado, que pondrá fin a esas lindas jornadas de estudio, donde las cámaras, los flashes y la pasarela eran integrantes fundamentales de la clase.

Lo cierto, es que si bien se basa en una experiencia tan linda como conmovedora, es lógico que experimente las típicas “mariposas en la panza”, un lindo eufemismo para esos nervios normales, que representan inseguridades internas.

Foto: Sosteniendo los zapatos de Muaa!
Y así, nubes negras se cruzan por mí cabeza, junto con pensamientos negativos y preguntas tan retóricas y frecuentes como: ¿Podré realizar mi pasada sin sufrir una parálisis nerviosa?”, o “¿Tendré la suficiente fortaleza para no tropezar y caer, creando un momento cómico y humillante? Y si, en el peor de los casos, ocurriera eso… ¿Podré levantarme?  

Atormentado por dichos pensamientos, agarré mi bolso y decidí tomar cartas sobre el asunto, solicitando ayuda profesional en “Muaa!”. A mi parecer no existe nada mejor que, en un momento de tensión y crisis emocional, salir de compras. Un lindo ritual tan placentero como terapéutico. Y eso ocurre porque no existe nada mejor que identificarte con la prenda u accesorio de una marca o diseñador. Y ahí, pasando dos cuadras de la esquina de Cabildo y Juramento, me encontré frente a unos llamativos y brillantes zapatos, de color negro, en la pintoresca vidriera de Muaa!.

Foto: Zapatos de Oggi y de Muaa!
No dude en entrar, probarme el hermoso par, y comprármelo con tan sólo un efectivo movimiento (Sí, le fui infiel a Nazaria). En menos de diez minutos, salía de la colorida tienda con un gran paquete en mis brazos, dejando a un maniquí descalzo. ¿Y las penas y el malestar? ¿Habían desaparecido? Completamente. Estaba feliz y, nuevamente, recobré la fortaleza y el ferviente humor que me caracteriza.


Entonces, me encontré con el “chico de ojos café” para almorzar y, en ese momento, le contagié un poco mi fanatismo por los zapatos. Fuimos a Oggi y él adquirió un bellísimo, clásico y sutil par. Por un instante, y al ver una blanca sonrisa en su cara, una pregunta se cruzó por mi mente ¿Necesitamos comprarnos algo para sentirnos mejor con nosotros mismos y así, superar nuestras tensiones diarias? Tal vez sí, o quizás es el hecho de comprar con una cálida y especial compañía, que te escucha en todo momento, mientras recorrés un desfile infinito de vidrieras. 

2 comentarios:

  1. Hola Emy,como andas?...Hermosas fotos,y PRECIOSOS los dos pares de zapatos,me encantaron...Y si es mucha la tensión y los nervios a la hora de hacer ese tipo de cosas,osea,yo no desfilo,pero soy cosplayer y a la hora de subirme a un escenario en eventos se me ponen los pelos de punta y me sonrojo completamente jeje...Bueno en fin,linda columna y hermosas fotos...Hasta el miércoles q viene Emy,besitos♥♥♥

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    1. Hola Sofi! Muchas gracias por la opinión y me encanta saber que compartimos el mismo gusto por los zapatos! ♥ Mañana es mi gran día, ojalá todo salga lindo =) Posiblemente, escriba sobre eso... Un saludo y beso!

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