Madres: las musas
inspiradoras de la niñez
Por: Emy Miranda
É
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rase una vez, un niño pequeño que
admiraba ver a su madre arreglarse para una salida. Consistía en un ritual
colorido donde su figura, de ama de casa y trabajadora de tiempo completo,
cambiaba íntegramente para convertirse en una princesa de cuentos de hadas.
Observar con
detenimiento y detalle todos sus accesorios que iban desde los pendientes o
aros, los collares, las fragancias, la cartera o sobre a estrenar, la elección
de zapatos y vestidos transformaban la “previa de una salida” en uno de los
momentos más asombrosos y mágicos de mi infancia.
Y resultó ser
que, hablando con amigas y amigos homosexuales mientras disfrutábamos de un
delicioso café, coincidimos en que la figura materna y la moda cobraron un
protagonismo importante durante toda nuestra infancia. ¿Simple coincidencia? No
lo creo.
Sin embargo,
lejos de caer en mitos y generalizaciones erróneas (que nunca llegan a
cumplirse debido a ciertos casos particulares) y en contraposición hacia el
pensamiento ortodoxo de retrógrados conservadores que proponen la idea de “un Edipo
cruzado”, donde adjudican la orientación sexual a cierto “trastorno mental”, considero
que somos varios los chicos/as gays que tomamos como modelo a seguir a la
persona con la que más nos sentimos identificados, por lo general, la del sexo contrario.
Se trate de
una abuela coqueta, una tía amistosa o, por lo general, una madre inspiradora. La mayoría de los chicos gays toman rasgos de
sus progenitoras y le dan forma con su personalidad y con el correr del tiempo.
Lo cierto, es
que a veces la tradición traspasa todo tipo de barreras, y es algo valioso que
no sólo consiste en heredar una receta familiar, los tapados de piel de una bisabuela
o una colección de discos de los años ´80. La identificación con la imagen
femenina y el traspaso de sus valores, es uno de los obsequios más importantes
que recibe una familia... o un chico homosexual.
Y mientras
algunos tomaron diferentes aspectos físicos, gestos, ideologías, formas de
actuar o caminar de sus “musas inspiradoras”, yo me dediqué a copiar su fuerza
de voluntad para seguir adelante aún cuando el paisaje se torna tormentoso, a
reír de manera disparatada en los momentos más difíciles y a elegir el outfit
correcto cada vez que voy a salir con “mi chico de ojos café”.