lunes, 8 de septiembre de 2014

Primavera de color Nude

Todo lo que brilla… ¡es un tesoro!

Por: Emy Miranda

E
Foto: Con borcegos Aleppo, Sarkany.
llos son resplandecientes, hermosos y despampanantes. Pueden brillar por largas horas, como lo hace una joya en la profundidad del mar, mientras andan por la calle. No en vano, reciben elogios constantemente y son la envidia de muchas/os. ¿Les mencioné que hago alusión de mis zapatos nuevos…?

Resulta que, cuando una nueva temporada de indumentaria da inicio, mi piel se eriza y mi estomago comienza a sentir esas conocidas “mariposas” de felicidad, similares a las que tenemos cuando estamos a pocas horas de una cita amorosa. Nos ponemos inquietos y deseamos  que, la persona en cuestión, cumpla con nuestras expectativas. Por lo que también exijo lo mismo a mis diseñadores preferidos.

Emocionado por ver las vidrieras de las grandes etiquetas del shopping Unicenter (mi centro comercial preferido, ubicado en Martínez, Zona Norte de Buenos Aires) me dirigí a gran velocidad a las tiendas, con un outfit aún invernal debido al clima frío típico de los primeros días de septiembre, cuando la primavera crea suspenso y hace tardía su aparición.

Antes de recorrer cada centímetro cuadrado y todos los locales del lugar, me encontré con mi novio en la entrada del Starbucks de planta baja, (sitio donde nos esperamos cuando alguno de los dos se demora en nuestro encuentro romántico) para dirigirnos a mi “bien” necesario: Ricky Sarkany.

Foto: Imagen selfie.
Y en medio de una muchedumbre de mujeres desesperadas por descuentos en zapatos, distinguí un par que me fascinó. Tanto es así que, cuando los vi, supe que eran para mí. En otras palabras, ¡me identifiqué de inmediato! Parecían un faro de luz que iluminaba mi camino ante una espesa niebla.

De plataforma alta, fina y blanca, tan livianos que sorprende por su gran tamaño. Un borcego de gamuza color nude,  que junto con el rosa, son mis tonos preferidos. Tal vez, de alguna forma descabellada, Ricky Sarkany había diseñado ese calzado para mí. Ó por lo menos para todas las personas que aman esa tonalidad… ¡y no le temen a las alturas!

Luego de que mi “chico de ojos café” arreglara el asunto comercial, como todo un caballero, junto a su American Express, nos despedimos del gran diseñador con un gran paquete en mis manos y nos dirigimos a cenar para finalizar nuestra salida romántica. Tener ese momento de intimidad y de amor tan esperado como la primera cita.


Porque al fin de cuentas, las relaciones al igual que los zapatos deben ser resplandecientes, fuertes y reconfortables para vivir una vida plena y maravillosa.