Un rayo de luz en la
oscuridad
Por: Emy Miranda
C
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on frecuencia, se dice que la
primavera es la estación del amor. Florecen nuevas relaciones, se desarrollan
todo tipo de citas románticas y ciertos sitios de la ciudad se convierten en el
lugar ideal para iniciar un encuentro pasional entre dos personas, debido a la
colorida vegetación que llega a su máximo esplendor, por el radiante sol y las
optimas condiciones climáticas.
Sin embargo, existen
días en los que puedo observar a algunos porteños de Buenos Aires que parecen
estar afectados por un iracundo malestar anímico, producto de la regocijante
atmósfera que los rodea ¿O será un desconocido tipo de alegría, consecuente del
polen de ciertas flores, que sólo afecta a algunos personajes de la metrópoli?
Por ejemplo,
la semana pasada, mientras viajaba en subte y evitaba golpear a los pasajeros
con mis bolsas de Complot, observé a una chica leer un libro que llamó mi
atención de inmediato, con tan sólo identificar su título: “De la depresión al
suicidio melancólico”. Allí, rodeado de una muchedumbre de gente y el
desagradable olor de la estación subterránea, comencé a pensar en eso
pequeños y extenuantes obstáculos que
nos suceden en la vida cotidiana. En otras palabras, no puede evitar cuestionarme:
¿Qué le sucedió a esa joven y qué la llevó a interiorizarse con esos términos tan
complicados? ¿Cuántos de nosotros/as fuimos afectados por un triángulo amoroso,
un engaño, una mentira o una verdad demasiado dura e inesperada que nos ocasionó
un desequilibrio emocional y nos conduzco hasta el mismísimo fondo de nuestra
alma?
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| Foto: Remera: Complot - Zapatos: Sarkany. |
Ahora bien, si
algo nos enseñaron desde temprana edad, a través de los cuentos infantiles, es
que existen esas “pequeñas hadas madrinas”, camufladas en nuestro círculo
social, que aparecen cuando más las necesitamos y nos llenan de alegría. Mayoritariamente,
son representadas por amigas, familiares, ex novios… ¿Por qué no? Todos ellos combinados
con la dama sanadora y nodriza de almas: ¡la Moda!
Debo confesar
que, en mi experiencia personal, luego de mi primer rompimiento con el joven al
cual consideraba ser mi “príncipe azul”, uno de los momentos más placenteros
fue ir de compras con mis amigas y olvidar toda la angustia vivida. A mi
parecer, no existe un remedio más útil y positivo, que renovar el guardarropa y
tomar un delicioso trago frutal, rodeado de cálidas personas. Una actividad relajante
que se puede realizar en cualquier momento y estación del año.

Me encantó la columna Emi! Y las fotos! Saliste divino! Todo un modelo =)
ResponderEliminarHolis Pil!! Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado! :) Espero que en la próxima producción de fotos estés! jaja Besitos! ♥
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