¿Y si nos quedara poco
tiempo?
Por: Emy Miranda
V
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ivimos en un mundo muy acelerado,
de eso no hay duda. Nos despertamos pensando en las tareas o trámites que vamos a
realizar al día siguiente, desayunamos mientras revisamos nuestra agenda laboral
y hablamos por celular con nuestras amistades, y nos duchamos al mismo tiempo
que buscamos la solución a todos nuestros problemas. No obstante, es imposible
dejar de preguntarnos: realmente, en algún momento de nuestro día matutino, ¿Vivimos
el presente?
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| Foto: Frente al local Sarkany-Unicenter. |
En un intento
por frenar el motor del robusto tren, al cual llamo vida, decidí tomarme un día
libre y pensar en la forma ideal para disfrutarlo al máximo. Quizá, la llegada
del otoño produzco en mí el “efecto nostalgia”. Es decir, el momento donde te
das cuenta que la nueva temporada de indumentaria invernal está en las
vidrieras de todos los locales, indicando que el año avanza de forma dinámica.
Por dicho
motivo, decidí dejar mi café y mis revistas Vogue en la cocina de mi hogar, y
me encontrarme con mi amiga Rocío para desayunar y hablar sobre todo lo ocurrido
en nuestra ardua semana. Sin celulares de por medio, sin relojes que nos
apuren, sin pensar en nada más que en nuestra vieja amistad. ¡Resultó ser uno de los momentos más cálidos
de la semana!
Luego de
escuchar el último chisme y finalizar la última medialuna del menú, dejé a mi
amiga para sorprender al hombre que amo: mi "chico de ojos café". Aquel joven que
me sostiene cuando estoy a punto de caer y que me rescata de mis desastres
financieros. Así fue que lo busqué a la salida de su trabajo con el objetivo de
pasar una agradable cita romántica.
Se trató de
una ocasión muy especial, donde estrené mis nuevos Ricky Sarkany, y donde me
enteré, luego de un riquísimo almuerzo y de recorrer las instalaciones del
shopping Unicenter, que mi tienda favorita de zapatos también estrenaba algo:
una imperdible promoción del 20% de descuento y a la que yo, escritor amante de
la moda, no podía escapar.
Decidí actuar
como si en verdad, nos quedara poco tiempo de vida en la Tierra. Tomé la mano
de mi fiel compañero y lo llevé al afamado y refaccionado local de zapatos,
donde me encontré con el paraíso de los calzados. Y los había en varios diseños
y motivos: botas con tachas, con pieles, animal print, camufladas, de cuero, de
gamuza. ¡No sabía por cual decidirme!
Finalmente, me
decidí por unas delicadas botas de gamuza marrón, de cierre al costado y
hebillas doradas con el nombre del diseñador grabado. Salí de la tienda, muy
satisfecho y feliz, con un trofeo colgando en mis brazos y con la seguridad de
que mi día tendría un final feliz.

Hola Emy,me encanto la columna,es cierto,la vida matutina corre a 1000 por hora,muy cierto...es super placentero tomar un día de descanso,salir a tomar algo con amigos o pasear por hay con tu pareja...me encanto como saliste en la foto,super lindo♥ y obviamente vestido excelente...bueno,en fin,muy buena columna...besitos♥♥♥
ResponderEliminarHola Sofí!! Disculpá la demora de la respuesta. Totalmente, no existe nada mejor que despejarse con amigos, es tan relajante como inspirador! =) Es genial que vos también disfrutes y te identifiques con lo que escribo. Besos!
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