Una hermosa cartera
blanca
Por: Emy Miranda
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| Foto: Junto a mi bolsa de Blaquè |
a metrópoli porteña avanza a
pasos agigantados. Los días son dinámicos y las noches legendarias. La libertad
que existe no puede comparase con ningún otro lugar. Es el perfecto lugar para desembolsarse
y mostrar el verdadero ser que llevamos dentro. Hechos como “salir del closet”,
usar esas calzas ajustadas que no te animas a mostrar o lucir altos zapatos de
plataformas, Ricky Sarkany, son sucesos cotidianos en Capital Federal.
Por este
motivo, las mujeres y jóvenes gays de veintitantos siempre están buscando
nuevas prendas de ropa para estrenar en su próxima salida. Si vamos a romper el
día o la noche ¡Se debe hacer con un lindo vestuario!
Por mi parte,
en una agobiada tarde de enero, y teniendo en cuenta que mi armario estaba a
punto de estallar de indumentaria, decidí emprender la travesía por una nueva
cartera que combinara con los flamantes zapatos blancos de Nazaria, con
plataforma alta de madera, que adquirí y hasta el momento, nunca utilicé.
Esta vez, el inconveniente
no se trataba de encontrar un jean chupín o una remera, sino de hallar ese
“objeto de deseo” que, con el paso del tiempo, enamora cada vez más, a los/as
fashionistas de toda la ciudad: carteras. Algunas más sutiles o clásicas, otras
más despampanantes y llamativas. Lo cierto, es que cuando se trata de elegir un
bolso es difícil elegir uno solo.
No obstante, teniendo
en cuenta las súplicas de mi tarjeta de crédito, me limité a elegir uno blanco ya
que era lo que anhelaba y necesitaba. En esta ocasión me dirigí a Blaquè,
una etiqueta de renombre y calidad, reconocida por sus bolsos, cinturones,
billeteras y zapatos de cuero y bellísimo diseño.
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| Foto: A punto de almorzar. |
Afortunadamente,
mi “chico de ojos café” apreció en la afamada tienda –como lo acordamos
previamente para luego salir a almorzar- y ayudó en la difícil elección. Sin
mencionar también, su “auxilio financiero” al prestarme su tarjeta de crédito
para obtener un fabuloso descuento. (Obviamente, no lo obtendría tan fácil. Mi
hermoso galán pidió a cambio de su “gran favor” que lo deleitara con un
delicioso almuerzo).
Retomando el
asunto, divisé en la tienda una cartera al hombro, compuesta por cuero blanco y
finos detalles dorados, que me sedujeron desde la vidriera.
Así, luego de
dudas existenciales referentes a cientos de bolsos que la vendedora me
mostraba, me decidí por el primero y salí vencedor de la tienda.
Con respecto
al almuerzo, cumplí con mi palabra: invité a mi dulce galán a un restaurant
donde se deleito un delicioso plato. ¿O a caso pensaban que lo iba a cocinar yo?


Hola emy,hace mil no comento tus blogs...este me encanto,porque me encantan las carteras,y por como la describis la que te compraste deve ser hermosa,espero ver fotos...bueno,me voy a tener que poner al tanto de todos los blogs que subiste y no los vi...besitos
ResponderEliminarHolis Sofí! Tanto tiempo que no te leía! Como andas? Espero que disfrutando del amor y el verano! jaja Me alegra que te guste mi columna. Ya subí la siguiente! Decime que te parece ♥ Besitos!
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