martes, 24 de febrero de 2015

Una odisea fashionista

La ultima cartera

Por: Emy Miranda

A
 lo largo y ancho de mi vida debo reconocer que, si bien no todo se me da de forma fácil, siempre que me propongo algo, lo obtengo. Dicen: “Querer es poder”, y estoy de acuerdo con ello. Pese a los difíciles obstáculos matutinos y conflictos típicos de la vida cotidiana, considero que la solución para ello es confiar en nosotros mismos y enfrentar el problema.

Foto: En el shopping Abasto con mi nueva cartera.
En relación al segundo motor que mueve mi vida, la moda, debo confesar que nunca titubeo al momento de lucir y adquirir una prenda; siempre y cuando me sienta identificado con ella. ¿Pensar en el qué dirán? No, señor@s. De todas formas, ¡el pensamiento de una diva nunca debe ser negativo!

Por dicho motivo, la semana pasada encontré, en un catálogo online de Blaquè, una fabulosa cartera de tela, con diseño de cebra y manija de cuero, que me enamoró de inmediato. Estaba a precio rebajado y la ocasión era perfecta para salir a pasear.

Claro está que tendría acompañante. “El chico de ojos café” siempre estuvo para escoltarme, darme amor y apoyo en cualquier situación, y ésta no sería la excepción.

Mientras viajábamos a la sucursal, de la afamada etiqueta, del shopping Unicenter, imagina con cuál outfit combinaría mejor. No obstante, mis “sueños de opio” se derrumbaron cuando mi amiga y vendedora me dijo que el modelo estaba agotado en su local.

Sin bajar los brazos, nos dirigimos a la tienda de Dot Baires, donde la encargada, luego de darme la misma noticia del sitio anterior, se tomo la molestia de chequear, por sistema, el stock del preciado tesoro que yo tanto quería y necesitaba. Cinco minutos después, mi oráculo vestida de negro me dio la respuesta. Sólo dos tiendas la tenían: Cabildo y el legendario shopping Abasto.

Lógicamente, por cuestiones de cercanía, viajamos hasta mi avenida favorita del barrio de Belgrano, donde nos recibió una pequeña boutique con escasos productos debido al cambio de temporada y la consecuente liquidación. “El modelo es fantástico y se vendió muy rápido” dijo la rubia empleada.

Ya sin ánimos de caminar (mis zapatos de plataforma comenzaban a pasarme la factura por la extensa jornada), estaba a punto de tirar la toalla y perder por nocaut, cuando mi “chico de ojos café”, siempre atento, amable y preciso, tomó mi mano y expresó: -“Vamos al Abasto”.

Las espejadas y colosales puertas de ese hermoso y refaccionado edificio, nos dieron la bienvenida y la esperanza de encontrar lo que buscaba. Fuimos directos hacia Blaquè, y ahí estaba. Una vendedora sacó debajo de su escritorio un gran paquete con el nombre de “Emi”. ¿Acaso era una adivina? ¿O una bruja con cara amable que sólo quería alimentarse y me había atraído con un lujoso señuelo?

Fue una sorpresa tremenda, cuando al abrir el envoltorio ahí estaba: tan llamativa como en el catálogo, mi hermosa cartera de cebra.


Resulto ser, que mi dulce y previsor Romeo llamó a la boutique y encargo el producto de forma previa. Me dio otra gran alegría y cargó de energía al primer motor que mueve mi vida: el amor. 

1 comentario:

  1. Preciosa tu columna Emy!! Me encantó!! Gracias por compartir con nosotros, tus lectores, todas tus aventuras fashionistas, siempre nos dejas el valioso mensaje que no hay que rendirse en conseguir lo que uno quiere, ya sean objetos preciados o metas en la vida cotidiana =) Que suerte que encontraste la cartera que tanto querias!! El esfuerzo que hicieron por conseguirla hace que valga mas xP Un dulce tu novio, es super atento, me encanta que te consienta, jeje. Nos vemos en la siguiente columna! Un beso =)

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