jueves, 13 de febrero de 2014

Renovando el armario

Adiós a mi ex novio, adiós a mi vieja ropa

Por: Emy Miranda

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Foto: Producción de foto en EAModa.
na semana intensa de lluvia y viento en Buenos Aires, durante el mes de febrero, puede ocasionar la caída de ramas, grandes inundaciones en las avenidas principales de la ciudad y que varios pensemos que el otoño está próximo a llegar. O también, un clima tan inestable y confuso como el de la semana pasada, puede hacer que un ex novio te escriba un mensaje de texto, luego de un año de no tener comunicación alguna con él.

Del mismo modo, mientras terminaba de secarme el pelo con una secadora eléctrica, para luego vestirme en menos de cinco minutos (estaba retrasado) y salir a dar un paseo con mi chico actual, sentí vibrar mi celular.

Ahí estaba: un simple mensaje que dejaba en claro una intensión y me regresaba dos años al pasado. Y si bien, en tan sólo un segundo, es normal recordar viejos y cálidos momentos, también es lógico llegar al punto clave: ¿Por qué terminamos?

Y si bien, cuando finalizamos una difícil relación, la vida avanza y continúa su ritmo acelerado, donde aprendemos nuevas enseñanzas, que nos llevan a puntos y convicciones totalmente diferentes a las que teníamos cuando éramos jóvenes… ¿Es posible acercase de nuevo a ese antiguo compañero sentimental, luego de todo el caudal de agua que corrió bajo el puente? En otras palabras, y aún cuando haya transcurrido un largo tiempo desde la separación, ¿Se puede ser amigo de un ex?

Mi relación con “Lucio” (nombre ficticio para proteger su identidad) ocurrió hace varios años, cuando ir de shopping con mil pesos significaba volver a casa con las manos llenas de bolsas. Un típico pero intenso amor adolescente, con el que aprendí a utilizar todas las líneas del subterráneo porteño y conocí bellos sitios de la ciudad.

Sin embargo, luego de seis meses y varias discusiones, descubrí que la relación ya no era placentera. Por el contrario, me estresaba. Salía con el típico chico rebelde (pero sin causa) que no sabía lo que quería. Afortunadamente, yo sí. Quería seguir vistiendo con estilo, de la mano del verdadero (y a veces cursi) amor.
Algunos meses después, lo conocí a él: un simple chico de ojos café que me devolvió la sonrisa y al que no cambio por nada. El mismo joven que me dio la seguridad para eliminar ese “misterioso” mensaje de texto, dándome la seguridad que voy por el camino correcto.

Quizás, cuando se trata de un pésimo tema como el desamor, lo mejor sea reducir todo al fantástico mundo de la moda. Por eso, cuando ciertas prendas de ropa, se gastan por su uso y se rompen luego de un tiempo determinado, algunas relaciones amorosas también lo hacen.


Se trata de un doloroso y complejo ciclo que a todos/as nos paso. El momento clave donde hay que respirar hondo, desde lo más profundo, y dejar de aferrarse a una hermosa prenda de “Vete al Diablo”, agradecer los cálidos momentos vividos y deshacernos de ella… del mismo modo que despedimos a un novio que no nos comprende. 

2 comentarios:

  1. Hola Emy,perdón por no escribir en las columnas pasadas...esta me gusto mucho y me identifique...yo tango varios ex,y es verdad todo lo que decis...a mi en lo personal me encanta la pareja que haces ahora...bueno en fin muy buena columna,saliste re lindo en la foto :D ...espero la próxima columna...Besitos Emy

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    1. Hola Sofí! Ya me parecía raro que no aportaras tu opinión a mi columnas. Me alegra que te hayas identificado, creo que a tod@s nos habrá pasado lo mismo (lamentablemente jaja). Gracias por sumarte! =) Estate atenta que en momentos subo la nueva nota! ♥ Beso!

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