Una muñeca de tendencia

Barbie: un ícono inmortal de la moda

Por: Emy Miranda

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Foto: Junto a la Barbie de Mc Donal´s.

a semana pasada, mientras caminada por cabildo y adquiría un nuevo par de relucientes zapatos, observé a una nena caminar de la mano de su madre, mientras atravesaban las puertas de un Mc Donal´s. No obstante, noté que sus otros cinco dedos se aferraban a un pequeño objeto rosa. Al detectar mi color favorito, de forma inmediata, afiné la vista y descubrí que se trataba de una Barbie. La reconocida muñeca, de la fábrica Mattel, que conquista a todas las niñas e innumerables aficionados gays, hace más de 50 años.

Foto: Con todo su esplendor: Barbie.

¿Cómo podía evitar esa señal del destino, que se presentaba ante mis ojos, e intentaba unirme con un ícono de la moda tan popular como lo es élla? Corrí de inmediato a las instalaciones del reconocido centro de comida rápida, y pedí mi “cajita felíz”. No estoy seguro si ese objeto inerte de cartón lo estaba, pero yo sí me encontraba en un estado de plena felicidad al rememorar, una vez más, un pequeño pedazo de mi infancia. No en vano, fue Barbie la primera que, de forma indirecta, me introdujo al fascinante mundo de la tendencia. Y ahora que el color rosa, es considerado el nuevo “negro” (o al menos yo lo pienso así), consideré que era tan necesaria tenerla, como lo es cualquier accesorio.

Foto: Con zapatos nuevos, en Mc Donal´s.

Recordemos, que su nacimiento fue el 19 de marzo de 1959, siendo la propia creación de Ruth Handler, esposa de Elliot Handler, cofundador de la empresa Mattel. Desde entonces, sumó una innumerable cantidad de fieles, mayormente en el público femenino, que la consagraron como la muñeca más famosa del mundo. Luciendo vestidos, zapatos, carteras y accesorios, diseñados exclusivamente para ella, despertó el deseo de todas, generando gran empatía con la gente. 

Y si bien siempre estuvo en boca de todos, mediante varias polémicas y cuestionamientos, logró pisar fuerte en el mercado y posicionarse con su estilo propio.Y eso pasa con la moda, algunos la aceptan y otros la critican, pero eso no quita la importancia de su existencia. 

Personalmente, le soy fiel a mis gustos y convicciones; y ahora, agrego una Barbie más, de tutú rosa y de versión “pocket”, a mi magnífico castillo, que entre prendas de ropa y accesorios llamo: armario.