Desfile urbano

La calle es la verdadera pasarela

Por: Emy Miranda

En Av. Cabildo y Juramento a puro glamour.

S

iempre digo que caminar por Capital Federal sin un buen outfits y un reluciente par de zapatos, es como ir al cine, pedir una orden de nachos y no ponerles queso fundido. Ambas partes se completan y separas, no tienen sentido. 

Por tal motivo, cada vez que tengo que salir da casa para asistir a la facultad o ir a mi curso de modelaje, o tan sólo para salir a comprar ropa, no puedo evitar los extenuantes, y tan típicos, 40 minutos de “¿Qué me pongo?”.  Y esto consiste en un debate existencial donde debemos elegir desde el jean, la remera, la chaqueta, saco o campera, hasta los accesorios, el cinturón y la fragancia.  Todo un desafío que, obviamente, resulta imposible resolverlo en poco tiempo…

Y si no me creen, pregúntenselo a mi novio que, cada vez que acordamos una cita, termina esperando, por demás, a este rubio indeciso.  

No obstante, toda esa espera, y preparación, tiene su recompensa ya que de algo estoy seguro: cada vez que me abro camino entre los transeúntes porteños, luego de resolver el gran acertijo de la indumentaria, no soy uno más del montón. Esto se debe a que mi estilo ecléctico y yo congeniamos de forma perfecta, logrando que la peatonal de la calle Florida se transforme en una exótica pasarela que disfruta cada paso que doy.

Luciendo mi color favorito: el rosa.

Ahora bien, recuerdo que, alguien perdido en la gran ciudad, una vez dijo: “Como te ven te tratan y si te ven mal te maltratan”. No sé qué tan cierta sea la parte que habla sobre el maltrato, ya que me parece un poco extremista, en términos literales, que una persona sea “castigada” por su imagen; pero sí concuerdo con la frase de inicio. Considero, que es importante cuidar la estética personal, ya que eso demuestra  cuánto nos queremos y preocupamos por nosotros mismos. Recuerden que el cuerpo habla por sí mismo.

Y el mejor consejo que les puedo decir para vestirse bien (y así, concluir mi columna semanal), es buscar el estilo con el cual se sientan más cómodos y perfeccionarlo a gusto propio. Se darán cuenta, en poco tiempo, que no sólo los demás notarán un cambio en su imagen, sino también ustedes mismos.